Paula Valdeón terminó la carrera de Bellas Artes en Salamanca hace tres años y se marchó a estudiar un Máster en Investigación en Arte y Creación a Madrid, donde ha decidido establecerse por el momento para tratar de abrirse camino en el complicado mundo del arte. Ahora cuenta ilusionada que ha empezado a compartir estudio con varios artistas y que planea centrarse en la pintura. Durante los dos años anteriores, participó en residencias artísticas en las que pudo dedicarse principalmente al grabado en diversos soportes y a la producción de varios libros de artista, un formato que sigue utilizando en la actualidad.

El trabajo de Paula Valdeón se centra en la investigación en torno al concepto de habitar, a los espacios domésticos, sus ruinas y su memoria. En su web, lo define como “un intento por recomponer, a través de fragmentos, el rastro humano y su comportamiento conductual en el universo del hogar”, que para la artista surge de la necesidad de esconderse del exterior. Para ella, la casa es un lugar que nos abraza y nos protege, al mismo tiempo que funciona como un espacio de memoria, donde almacenamos nuestras experiencias, vivencias y sensaciones, y, además, como un espacio íntimamente ligado a lo femenino.
Sus obras no son autobiográficas aunque sí toman como punto de partida lugares que forman parte de su vida -casas que ella ha habitado o que se sitúan en ciudades en las que ha vivido- y que en ocasiones aparecen geolocalizados en su obra, de una manera un tanto nostálgica en los tiempos en los que vivimos: a través de sus correspondientes códigos postales. Son espacios que, de alguna forma, salva del olvido. Siente especial interés por los solares y los huecos que las casas dejan en el espacio urbano cuando se derrumban, y por cómo puede averiguarse la configuración de lo que fue un espacio doméstico a partir de las texturas y la combinación de materiales, que suele fotografiar. También se apropia de fragmentos y objetos reales (como azulejos, fotografías o diapositivas, que encuentra en las propias viviendas o en mercadillos), y crea, produce e inserta nuevas imágenes e historias. A partir de aquí, “recrea” escenas protagonizadas por mujeres en el espacio doméstico, como ocurre en la instalación “Patio de luz”, en la que mediante con unas serie de grabados sobre seda dispuestos con pinzas sobre una cuerda de tender hace referencia a los conversaciones privadas pero mantenidas entre vecinas de ventana a ventana en el momento de poner a secar la colada.
La intención de Paula es reconstruir el rastro que deja nuestra presencia en los diferentes lugares que habitamos -y al revés-, y que muchas veces solo es perceptible de manera fragmentaria, como la memoria. Por eso, sus obras están creadas a base de fragmentos y transparencias, superponiendo capas, introduciendo texturas y objetos reales extraídos de espacios doméstico, y combinando técnicas y materiales. Son habituales en su trabajo los grabados sobre tela, papel o azulejos y las fotografías intervenidas con pintura o telas creando collages, pero también la instalación y los libros de artista, entendidos muchas veces como piezas únicas.
En paralelo a su producción individual, Paula forma parte, junto a Alsira Monforte y Yolanda Santamaría, del colectivo De-Construcción del hogar, en el que cada una de ellas aporta sus visiones personales acerca del concepto de espacio doméstico y la casa.