Gino di Maggio, figura emblemática del arte contemporáneo por su labor más allá del coleccionismo y su apoyo a artistas como Wolf Vostell, estuvo en Malpartida con motivo de Pianofortissimo. La mayoría de los pianos que forman la exposición proceden de la Fundación Mudima de Milán, que él dirige. Avuelapluma habló con él al cumplirse diez años de la donación de Fluxus.
¿Cómo fue tu acercamiento al arte primero y a Fluxus en particular?
Fue totalmente casual. Yo partí de algo muy lejano, partí de las revoluciones soviéticas, de las vanguardias soviéticas. En Moscú descubrí el futurismo. Siempre hablaba de futurismo con una amiga historiadora del arte, Daniella Pallazzolli, y ella, una vez, recién llegada de Nueva York, me contó que había visto cosas extraordinarias, un grupo de artistas extraordinarios. Desde aquel momento, empecé a relacionarme con artistas que tanto en América como en Europa se ocupaban de Fluxus.
¿Qué te llevó a traer tu colección Fluxus a Malpartida?
Fluxus es algo que está siempre a favor y no en contra. A favor de la vida, de la buena vida, de la justicia, de las relaciones… Pero todo esto no ha sido muy apreciado en el mundo contemporáneo, porque parece que la sociedad necesita siempre del conflicto. Por esto, Fluxus era un movimiento muy marginado, pero cuando Wolf Vostell me propuso un lugar que se llamaba Malpartida, en una región que se llamaba Extremadura, yo pensé: el lugar ideal para Fluxus, porque era una cosa complicada, como es Fluxus, que siembra siempre, y se mueve mucho desde el punto de vista mental, intelectual… Era el lugar ideal: un lugar llamado Malpartida, un referente mundial que nos ofrece una belleza única con su paisaje.
¿Cómo definirías Fluxus, si puedes definirlo de alguna manera?
Es algo complicado de definir. Es una orquesta de artistas… pero ¿qué es fluxus? Todos los artistas, evidentemente, han dado respuestas diferentes, pero George Brecht, uno de los grandes artistas de este grupo, me dijo una vez: Fluxus es una montaña de mierda, pero, como todos sabemos, a veces es natural que de la mierda nazcan grandes flores.
¿Cómo recuerdas a Wolf Vostell?
Esta es la pregunta más complicada. Vostell ha sido un gran amigo mío. Tuve el placer, el honor de ser su amigo y por eso lo recuerdo con emoción y con mucha nostalgia.